miércoles, 25 de agosto de 2010

Capitulo 1.- DE LA CREATIVIDAD.





                            Las incitaciones cotidianas.


                   En su cotidiano existir, el ser humano, para vivir, sobrevivir y convivir establece una relación activa con su entorno natural, con los demás y las cosas. Esta relación con  la Naturaleza, la sociedad y la cultura, implica una constante interacción de su cuerpo y  su  mente que se traduce en un cierto esfuerzo físico y mental. Su rutinario trámite vegetativo, su trabajo e incluso su ocio, se consuman mediante la ejecución de múltiples y variadas acciones. Cada una de estas requieren atención y le brindan unas posibilidades de de reflexión y de análisis que llegan a sugerirle modos para mejorarlas. Unas mejoras que pueden lograrse simplemente por una más lógicas combinatoria de los elementos en presencia:

         Puede modificarse un gesto, modificarse una actitud o variarse un tempo. A veces se trata de reducir o bien eludir el esfuerzo físico o la tensión mental, de aminorar el consumo de materias y energías necesarias para su ejecución. Pero muchas veces para lograr una superación de eficacia y calidad de una acción es preciso imaginar un instrumento que ayude.


         La creatividad no es sino este impulso REFLEXIVO-IMAGINATIVO solicitado por las propias exigencias de la realidad. Son los problemas prácticos cotidianos  los que van sugiriendo las necesarias mejoras. El ser humano somete su medio y su conducta a una tenaz observación.

         Cuando detecta una carencia, dispone del objetivo que será el origen y la meta del acto creativo.

         El acto creativo es incitado así  por unas motivaciones que lo desencadenan y concretado en un objetivo definido, que le da al  proceso-creativo, el ímpetu y la directriz que precisa para realizarse.

Paul Eluard.   No existe modelo para quien busca lo que jamás vio

                            Andre Ricard “La Aventura Creativa” Las raíces del diseño   

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